Al sanar tu historia florece tu abundacia
Tal vez lo has sentido…
Que corres sin llegar a ninguna parte.
Que tus vínculos se vuelven tóxicos.
Que el trabajo pesa más de lo que da.
Que el dinero nunca alcanza.
Que la fatiga te consume.
Que, aunque lo tienes “todo”, sientes un vacío dentro.
Eso que te detiene no es casualidad:
es tu historia no sanada.
Y la buena noticia es que se puede transformar.